Los vehículos aéreos no tripulados se están diseñando para una gama cada vez más amplia de aplicaciones, desde los drones militares a los civiles. Los drones están aportando nuevas posibilidades a la agricultura, la inspección industrial, la logística y mucho más.

Sin embargo, cada uno de estos usos impone exigencias muy específicas a un UAV y a su fuente de alimentación. Por ejemplo, un dron agrícola tendrá que permanecer en el aire durante largos periodos y cubrir grandes distancias, mientras que un dron de reparto tendrá que gestionar una carga útil más pesada y navegar por zonas urbanizadas. La tecnología de a bordo y, por tanto, las demandas de energía del UAV variarán considerablemente, y las baterías para UAV deben satisfacer estas numerosas demandas.