ampliamente utilizados en industrias como la del petróleo y el gas (para conexiones de tuberías), petroquímica (en reactores e intercambiadores de calor), automovilística (en motores y transmisiones) y aeroespacial (para sistemas hidráulicos y componentes de motores), desempeñando un papel crucial en la prevención de fugas de fluidos o gases en equipos críticos.