Hola, nos complace informarle de que aceptamos su recomendación relativa a la soldadura de una placa metálica chapada en oro sobre el armazón de alúmina. También le agradecemos sus muestras, que han funcionado muy bien en la prueba de radiofrecuencia.
Es realmente un momento maravilloso para nuestros ingenieros, que se han dedicado al estudio del proceso a través de una matriz de cientos de parámetros. Mientras tanto, los ingenieros de producción son muy conscientes de los retos que van a encontrar, aunque tienen experiencia en convertir lo que parece imposible en resultados realizables.
Se ha fabricado una plantilla especial para tirar de la placa dorada. Aumentando gradualmente la fuerza y realizando un análisis de distribución normal, hemos intentado averiguar la fuerza de tracción nominal. Esta fuerza de tracción nominal indica la solidez con la que la placa dorada puede adherirse a la superficie de alúmina.
Las temperaturas de fusión de la chapa de acero y la alúmina son muy distintas. Para realizar esta tarea de soldadura se utiliza un haz láser de punto de alta energía. Determinar los parámetros láser adecuados es la clave para garantizar la calidad de la soldadura, incluidos aspectos como la fuerza de unión y la minimización del punto de fusión.
Durante esta prueba intensiva se descartaron cientos de muestras, todo ello en un esfuerzo por encontrar la matriz óptima de potencia láser, diámetro del punto láser, frecuencia láser, etc.
La prueba de radiofrecuencia también se lleva a cabo, ya que sirve como una puerta crucial para la garantía de calidad cuando los componentes se utilizan en dispositivos electrónicos.
En la fase de rampa, se notificaron 10% defectos en las pruebas de RF. Cientos de piezas no conformes se colocaron sobre las mesas de los ingenieros. Realizaron comprobaciones de las dimensiones mecánicas una por una e investigaron cada proceso con gran detalle. Sin embargo, el verdadero problema era como un fantasma que se escondía constantemente.
Algunas piezas no buenas se sometieron ocasionalmente a una limpieza a fondo, que en realidad era similar a pulir la almohadilla de contacto. Y sorprendentemente, de repente se convertían en piezas buenas. ¿Cómo ocurrió? Mediante estudios microscópicos, se descubrió que había algunas sustancias no conductoras adheridas a la superficie de la almohadilla dorada. Estas sustancias tenían su origen en el proceso láser; algunos óxidos se crearon debido a la alta temperatura del láser. Aunque se realizó un proceso de limpieza tras la soldadura láser, aún quedaban algunos óxidos casi invisibles a simple vista.
Pronto se consiguió una mejora del rendimiento de 10% aplicando una doble limpieza con disolvente en la almohadilla de contacto.